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Origen: el textil

Todo empieza con aquello que, para la mayoría, ha llegado a su fin: prendas que ya no se usan, tejidos descartados, ropa que está a un paso de convertirse en residuo. Para nosotros, ese final es un comienzo. Vemos en cada prenda una materia con historia, una fibra que todavía puede transformarse en algo valioso.

Recuperamos ropa procedente de particulares, empresas, entidades sociales y circuitos donde el textil se pierde cada día. No llega a nosotros como algo inservible, sino como un recurso que necesita una mirada distinta. En su variedad de colores, texturas, gramajes y orígenes reside una riqueza que la industria tradicional no suele aprovechar.

Antes de transformarla, la observamos. La clasificamos. La tratamos con respeto. Seleccionamos los textiles que mejor responden al proceso y los separamos por tipología para garantizar una materia sólida y segura. Este gesto manual, paciente, nos permite comprender de dónde venimos antes de decidir hacia dónde vamos.

En este primer paso ya sucede algo fundamental: rescatar. Evitar que toneladas de prendas acaben incineradas o enterradas. Convertir el descarte en posibilidad. Y empezar a dibujar un camino distinto para aquello que parecía no tener otro destino.

Cada kilo de ropa reciclada evita emisiones de CO₂ y reduce el consumo de agua y energía.

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Materia: la pasta

El siguiente paso es transformar esas fibras en una materia completamente nueva. No buscamos imitar lo que ya existe, sino comprender cómo se comportan los textiles cuando los llevamos a otro territorio y les damos un uso inesperado.

A través de procesos de bajo impacto, reducimos las prendas a su esencia: fibra. Esa fibra se mezcla y se trabaja hasta generar una pasta estable, resistente y con una estructura que admite múltiples aplicaciones. Este material no trata de esconder su origen; al contrario, lo incorpora. En su cuerpo quedan rastros de una vida anterior que ahora se reinterpreta desde otra función.

No añadimos artificio ni composiciones innecesarias. La pasta nace del respeto por la materia y del compromiso con un ciclo circular real. Cada lote tiene singularidades que le dan identidad propia, y esa identidad se mantiene cuando la materia pasa a convertirse en objeto.

Aquí sucede la segunda gran transformación: redistribuir. Llevar un material que la industria textil descarta hacia nuevas disciplinas —el mobiliario, el interiorismo, la arquitectura— y demostrar que el textil recuperado puede convertirse en una materia útil, estable y contemporánea.

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Forma: el diseño

Cuando la pasta está lista, empieza el proceso más creativo: darle forma. En nuestro taller, combinamos técnicas artesanales con soluciones contemporáneas para moldear piezas que respetan la materia y hablan su lenguaje.

El diseño en RUDI no busca imponer, sino acompañar. Cada pieza se piensa a partir de la forma en que el material se deja trabajar: sus volúmenes, su densidad, su ritmo. No tratamos de borrar sus peculiaridades, sino de incorporarlas como parte del carácter de cada objeto.

Moldes, cortes, prensados, vaciados, gestos más cercanos a la escultura que a la fabricación industrial. Cada forma se define atendiendo a la esencia del material y al propósito final de la pieza. El resultado es un mobiliario con presencia, con una estética que nace de la lógica interna de la materia, no de la moda pasajera.

Y aquí llega la tercera transformación: rediseñar. No solo muebles más sostenibles, sino un concepto de diseño que entiende que la belleza también puede surgir del residuo, y que la creatividad puede ser una herramienta de cambio profundo.

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Vida: conquistar los espacios

El ciclo se completa cuando nuestras piezas llegan a los espacios donde serán vividas: hogares, estudios, oficinas, hoteles, galerías. Lugares donde la materia encuentra su propósito final: acompañar, sostener, inspirar.

Cada objeto lleva consigo una memoria, un recorrido. No es solo un mueble: es el resultado de una prenda rescatada, de una transformación consciente, de un diseño que apuesta por un futuro circular. Lo que antes era residuo ahora forma parte de un espacio que respira propósito y sensibilidad.

Y en ese gesto final ocurre la cuarta transformación: recuperar. Recuperar equilibrio con el planeta. Recuperar la relación con los objetos que nos rodean. Recuperar una forma de habitar que no deje atrás más de lo que aporta.

Diseñar desde la responsabilidad no es renunciar a la belleza, sino encontrarla en lugares nuevos. Cada pieza hecha con materia circular es un recordatorio de que otra forma de producir y consumir es posible: más consciente, más honesta y más coherente con el mundo que queremos construir.

Nuestros valores

Descripción de la imagen

REPENSAMOS

La forma en la que trabaja la industria textil ha sido la misma durante décadas: producir, desechar y volver a empezar. Nosotros decidimos romper ese ciclo. Cuestionamos procesos, hábitos y modelos establecidos, buscando una nueva lógica más ética, circular y sostenible. Porque creemos que el futuro necesita otras reglas del juego.

RECICLAMOS

El 100% de las prendas y el 100% de los materiales, sin importar su color, textura o composición. Donde otros ven una mezcla imposible de recuperar, nosotros vemos una oportunidad para transformar. Gracias a procesos innovadores, logramos dar una segunda vida a todo lo que la industria desecha.

REDISTRIBUIMOS

Los residuos textiles salen del circuito tradicional de desecho para convertirse en recursos valiosos. Los llevamos a nuevas industrias: mobiliario, diseño de interiores, arquitectura… Así, cerramos el ciclo y ampliamos el impacto positivo del reciclaje textil.

REUTILIZAMOS

La ropa ya no sirve para vestir, pero aún puede contar una nueva historia. No la usamos para fabricar más ropa, sino para crear algo completamente distinto: muebles sostenibles, materiales de interiorismo con carácter y, próximamente, soluciones para la construcción. Del armario… al espacio que habitas.

REDUCIMOS

La huella de carbono de la industria textil en más de 330 toneladas mensuales. Y esto es solo el comienzo. Cuantas más empresas se sumen a este cambio, mayor será nuestra capacidad de transformación. Juntos, podemos mover el impacto de negativo a positivo.

REDISEÑAMOS

El concepto de mobiliario sostenible. Apostamos por piezas que combinan diseño contemporáneo, funcionalidad y responsabilidad medioambiental. Lo ecológico no tiene por qué renunciar a ser elegante.

RECUPERAMOS

El equilibrio con el planeta. Porque cada fibra rescatada, cada prenda transformada y cada mueble fabricado con residuos es un paso hacia un mundo más justo y habitable. Lo hacemos hoy, por las generaciones de mañana.